¿Qué es la pobreza energética?

Es una situación que, por desgracia, desde el comienzo de la crisis, está creciendo en nuestro país. Se produce en los hogares incapaces de pagar una cantidad de servicios energéticos suficientes para responder a las necesidades domésticas o simplemente cuando tienen que destinar un porcentaje elevado de sus ingresos a la factura de la luz.

Generalmente el grueso de la factura se lo lleva la climatización del hogar, pero tratando la pobreza energética también hay que considerar la satisfacción de otros requerimientos en el hogar: la iluminación, el consumo de los electrodomésticos, el uso del agua caliente, etc.

¿De qué depende la pobreza energética?

Con el crecimiento del número de parados y las subidas continuas de las tarifas eléctricas, este problema es cada vez más común, dándose especialmente en familias socioeconómicamente más vulnerables, como son las monoparentales, las que tienen varios miembros desempleados o las de jubilados.

En España, aproximadamente la mitad del parque de viviendas se construyó antes de entrada en vigor de las normativas específicas sobre aislamiento térmico y eficiencia energética, por lo que dichas viviendas provocan un mayor gasto para mantener una temperatura adecuada en el hogar.

Así que se puede afirmar que la pobreza energética depende de tres factores: los ingresos familiares, los costes de la energía y las características energéticas de la casa, es decir cómo de aislada esté, cuánta luz natural recibe, su orientación….

Estimaciones de la pobreza energética

No se conoce a ciencia cierta cuántas personas padecen este grave problema. En el año 2010 se concluyó en el estudio Pobreza energética en España (Proyecto REPEX) que probablemente más de un 10% de la población la está sufriendo, con el agravante de que en muchos casos no son conscientes de ello ni de sus negativas consecuencias sobre la salud.

Para obtener ese valor del 10%, el estudio empleó como fuentes de datos la Encuesta de Presupuestos Familiares (2006-2010); la Encuesta de Condiciones de Vida (2004-2010); la Encuesta de Hogares y Medio Ambiente (2007); y el barómetro del CIS (2011). Y supuso dos enfoques de medición, considerando que un hogar estaba en situación de pobreza energética cuando el peso de los gastos en energía respecto de sus ingresos anuales era desproporcionado (mayor del 10%); y cuando se fuese incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante los meses fríos.

Problemas derivados de la pobreza energética

Además de los impactos directos de la pobreza energética en la vida diaria (bajas temperaturas en invierno, altas en verano; facturas impagables;…), existen otros problemas derivados: las restricciones presupuestarias para otros consumos, la humedad y el moho en la vivienda y problemas de salud.

La exposición continuada a temperaturas inadecuadas provoca problemas respiratorios, puede causar gripes y resfriados y empeora enfermedades como la artritis y el reuma.

En el estudio Pobreza energética en España (Proyecto REPEX) se propone la rehabilitación energética de las viviendas como solución a la pobreza energética y como fuente de creación de empleo. Pero falta por señalar quién paga dicha rehabilitación, que en muchos casos necesita de cambios sustanciales y caros como es el cambio de fachada o el de la cubierta.

En el próximo post se tratará la rehabilitación energética, en qué consiste y las ventajas que conlleva.