La mejor manera de no gastar ni una gota de agua en el jardín es: no plantar nada en él.  Con esto conseguimos, o que se nos llene de esas plantas silvestres que se ocupan ellas solitas de su mantenimiento (también llamadas malas hierbas), o tener un pequeño erial alrededor de la casa. Pero en ninguno de los dos casos tendremos que hacer  gasto alguno de agua.

Pero si  esas dos opciones no son las que queremos para nuestro jardín, existen otras soluciones que nos permiten tener un espacio bonito y acogedor al aire libre sin tener que hacer un consumo extraordinario de agua.

A continuación os contamos cómo optimizar el agua en vuestro jardín para que hagáis el mínimo gasto posible, sin tener que llegar a los extremos antes mencionados :

Agrupa las especies de plantas según el agua que necesiten, por un lado las que apenas necesiten de riego y por otro, aquellas que necesiten de un mayor aporte hídrico.

 Ten en cuenta que el viento arrastra la humedad del aire, resecando las plantas, así que es una buena idea resguardar el jardín con vallas o alguna estructura.

Riega a la puesta de sol, se evitan perdidas por evaporación. Además no es bueno para la planta regar cuando hace sol, el agua se calienta y resulta dañina.

Planta especies autóctonas en tu jardín, en principio se las apañan casi con sólo el agua de lluvia, aunque en algunas ocasiones necesitarán de una “ayudita”. También puedes plantar especies que necesiten poca agua.

 Si el jardín no está enlosado, se puede recubrir la tierra con gravas o restos de cortezas de árbol, queda bonito y se reducen las pérdidas por evaporación, evitando tener que repetir con más frecuencia.

Es mejor regar los árboles y arbustos pocas veces pero de forma abundante. De este modo desarrollan mejor sus raíces y se hacen más resistentes a las sequías.

Para limpiar utiliza una escoba en vez de una manguera.

Ajusta correctamente los aspersores en función de los requerimientos hídricos de las plantas a regar y procure que toda el agua caiga en zonas verdes. Se les puede instalar un dispositivo detector de lluvia  para evitar el riego cuando ha llovido.

El césped es una planta de clima lluvioso que necesita mucha agua. Si el clima de su región es de tendencia seca, no lo plantes, hará que gaste muchísima agua. Si vives en una zona donde climáticamente puede crecer, puede hacerlo hasta los 5/6 cm, que es cuando menos agua necesita. Riega solamente cuando sea necesario, si al caminar por él se quedan las huellas marcadas, es hora de regarlo de nuevo.

Instala un depósito para aguas pluviales, recoge el agua que cae al tejado de la casa en época de lluvias y la guarda para regar en épocas secas. Es fácil y sencillo de instalar, ya os contaremos cómo hacerlo en un futuro post.