COMBUSTIBLES PARA CALEFACCIÓN Y ACS

noviembre 25, 2013 en Calefacción, Climatización por La Casa Econológica

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¿Cómo inciden los combustibles de calefacción y ACS en el gasto del hogar?

Las fuentes de energía que en casa tienen una determinada eficiencia, que se mide por la cantidad de energía que ha sido precisa usar por cada unidad de energía aportada al hogar. Y a menudo, no coincide con la percepción de la eficiencia de esa fuente en el hogar.

Por ejemplo, la electricidad parece la fuente más eficiente aportando calor: en calefacción o en agua caliente sanitaria su rendimiento se acerca al 100%, sin pérdidas en el domicilio como sucede con los gases de combustión de los combustibles (petróleo, gasoil, biomasa, carbón, gas natural, butano y propano). Pero la obtención de esa electricidad ha supuesto en origen el uso de alguno de esos combustibles y pérdidas muy grandes en el transporte y transformación del voltaje hasta llegar a nuestra casa. Con lo que cada kWh eléctrico ha precisado de 3 kWh de energía primaria, convirtiéndose en la más ineficiente de las fuentes de energía para producir calor.

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Cada fuente de energía utilizada presenta un grado de eficiencia diferente. Y los sistemas basados en la combustión, como gasoil, biomasa o gas, son mucho más eficientes que la electricidad si tenemos en cuenta los procesos de transformación que nos permiten disponer de ella.

El uso de energía solar o biocombustibles, en tanto que fuentes energéticas inagotables y sin emisiones asociadas, permite reducir tanto el consumo de recursos como la generación de emisiones, con lo que de su uso resulta una disminución significativa del impacto ambiental.

Tipos de combustibles y su comportamiento energético

Se puede calentar agua para calefacción del hogar y agua caliente sanitaria con energías renovables y no renovables.

Entre las renovables se encuentran la energía solar y la biomasa. Las placas térmicas solares y las calderas a biomasa son las mejores opciones desde el punto de vista ambiental, pues reducen el consumo de las fuentes de energía en proceso de agotamiento así como también las emisiones contaminantes.

Los sistemas que permiten asociar el uso de energía renovable, como los sistemas de generación de agua caliente solar-gas, mejoran su comportamiento ambiental respecto a los que sólo usan energías no renovables. El problema que existe actualmente con esto es la nueva normativa que “castiga” el autoconsumo energético, en vez de fomentarlo, por ser más eficiente y por ser más ecológico.

Entre las no renovables se usarían combustibles como los derivados del petróleo, el carbón y los gases que se emplean directamente o bien a través de la generación de electricidad. En esta clase se incluirían también las nucleares.

 Repercusión económica y energética

La cantidad de calor por unidad de energía varía de un combustible a otro.

El gas natural llega al 72-88% de eficiencia, el gasóleo C alcanza entre el 60-86%, el carbón un 60-80% con emisiones contaminantes muy altas, y la electricidad sólo el 30% cuando se la emplea para calentar agua mediante resistencias.

El precio más bajo por kWh generado en calderas es el del gas natural, siguiéndole el gasóleo C con un 30% de incremento y finalmente la electricidad (mediante resistencias) con un 70% a precios diurnos.

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